viernes, 12 de septiembre de 2008

Hace 35 años.

Hoy pongo palabras que no son mias, de una hombre valiente y consecuente.

Amigos míos:Seguramente esta es la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación.
Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron… soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino que se ha autodesignado, más el señor Mendoza, general rastrero … que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al gobierno, también se ha nominado director general de Carabineros.
Ante estos hechos, sólo me cabe decirle a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.
Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen… ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes,. quiero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas, esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros; a la obrera que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que hace días estuvieron trabajando contra la sedición auspiciada por los Colegios profesionales, colegios de clase para defender también las ventajas que una sociedad capitalista da a unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron, entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos… porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando la línea férrea, destruyendo los oleoductos y los gasoductos, frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder: estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, lo seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos, mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores.El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Éstas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Recuperar la memoria

Hoy he amanecido con la noticia de que el juez Garzon ha decidido abrir una causa para investigar los crimenes y desapariciones sucedidos durante el golpe de estado perpetrado por ese personaje canijo e infame que fue Francisco Franco. Mi primera sensacion fue de alegria, no solo por las familias de las victimas que por fin podran saber que paso con sus familiares, pero sobre todo por la salud de la sociedad española, una sociedad a la que todavia le quedan mucha mierda debajo de la alfombra, demasiadas sombras sobre su historia.

Pero esta inicial sensacion, pronto cedio a otra menos alegre, la idea de que este proceso solo sirva para hacer una lista con los nombre de los represaliados, algo muy importante desde luego porque devuelve la dignidad a todas esas personas cuya identidad ha quedado en el limbo del olvido y sacarles del olvido supone devolverles la dignidad, esa que nunca tuvieron sus asesinos. Y precisamente el sacar los nombre de los asesinos a la luz debería de ser la parte mas importante de este proceso, porque no se puede caer en la hipocresia que supondría pensar que con los nombres de la victimas vale. Eso seria como si se hiciera una lista con los nombre de las mujeres victimas de violencia domestica pero luego no se actuara contra los agresores.

Y en este caso es mas importante, ya que en la lista de los asesinos estarían muchos personajes de la historia mas reciente, ya que no solo es una asesino el que aprieta el gatillo sino también el que firma la sentencia de muerte, el que juzga siguiendo leyes arbitrarias en tribunales de excepción. Entre ellos están muchos prohombres, de los trajeron la democracia a España, en ese vergonzoso proceso que fue la transición, en que todo cambio para no cambiar nada. Y de los nombre el juez debería de dar el paso final, un paso para el que se requiere mucha valentía, y no es otro que condenar el régimen franquista, negándole cualquier legitimidad ya que nunca la tuvo.