domingo, 21 de octubre de 2007

El mal Pastor

Debalsac despertó ya avanzado el nuevo día, que trajo buenas nuevas, la noticia de la muerte del teniente se había extendido como un fuego impulsado por el viento. Y como era de esperar la historia había ido mejorando, unos decían que había sido obra de un demonio, otros que de un vampiro, lo que era bueno para sus planes ya que ahora el miedo impregnaba la ciudad y de la mano del miedo vendrían los errores. Se lavo y salio a la calle, ahora patrullada por los guardias del conde que hacían preguntas aquí y allá persiguiendo un monstruo, incapaces de ver que eso lo podía haber hecho un hombre; en otro tiempo los clérigos se habrían encargado pero ahora estaban obligados a quedarse en los templos, arrinconados por la nueva religión oficial que la emperatriz había impulsado, el culto al bien que no era mas que una reunión de nobles aburridos que celebraban fiestas orgiásticas con el beneplácito de la golfa real. Por supuesto esa religión no había calado en el pueblo que seguía fiel a los antiguos dioses, y visitaba los templo en estos tiempo de necesidad para pedirles ayuda, y en muchas ocasiones la recibían de manos de hombres como Talabor el líder de los clérigos de Heironeus, un hombre valiente y pió de los que coge con la misma mano una espada que una pala.
Ensimismado en esos pensamientos, llego a la plaza principal donde una muchedumbre se apiñaba para intentar ver lo que ocurría dentro. Allí en medio estaba Vierus, el clérigo más importante de la religión del bien, y unos de los líderes de esa blasfemia en el imperio elevando una plegaria al bien para que destruyera al maligno ser. Por supuesto todo era teatro, ya que no tenia ningún poder clerical aunque era un hechicero medianamente competente, lo que le permitía hacer algún fuego de artificio para adornar sus representaciones. Frans estuvo hasta el final y cuando la gente se marcho se quedo en plaza estudiando el edificio del culto, estudio cada detalle, cada piedra y después de 3 horas se marcho, ahora solo tenia que esperar.
Dos días mas tarde, su paciencia tuvo frutos, la guardia detuvo a un pobre hombre acusado del asesinato y de pactos con los demonios, el antiguo templario solo le hizo falta un vistazo mientras pasaba camino de la abadía del culto para ver que era un pobre hombre, condenado a convertirse en cabeza de turco. La sentencia se dicto el mismo día, sin dar posibilidad al infeliz de defenderse con una confesión fruto del miedo y la tortura, y luego se comunico que habría una celebración en la plaza para dar gracias por su captura.
Debalsac llego a la plaza a la caída del sol, y espero hasta que los carros con bebida y comida para la celebración llegaron, entonces se interno en un callejón y musito unas palabras, cuando salio del callejón nadie podía verlo, avanzo hasta ponerse detrás de un carro y en total silencio entro en el almacén. Espero a que los criados cerraran las puertas, saco un frasquito de su gabán e inspeccionó las tinas, hasta que encontró el mejor vino cuyo destino era el abad y sus hombres de confianza y volcó un liquido violáceo en ellos.
El templario volvió a la plaza mas allá de la medianoche, cuando todos estaban ya ebrios, rodeo la abadía hasta encontrar una pequeña puerta trasera que había encontrado en su escrutinio dos días antes, agarro el pomo y le giro, se sorprendió de como alguien podía ser tan estupido para dejar la puerta abierta. Entro en las cocinas y con sigilo atravesó las estancias del servicio, como era de esperar todos estaban en el gran banquete, llego hasta la sala de la plegarias, que no era otra cosa que un salón para fiestas y subió una escalera lateral hasta el coro superior allí en las sombras espero.
Tres horas más tarde el abad se retiro a sus aposentos acompañado de dos mujeres y un joven bien parecido, Debalsac atravesó la sala donde todos los hombre yacían inconscientes y subió la escalera de caracol. Una vez arriba oyó risas y gemidos, desenfundo sus epístolas ahora coronadas por cuchillas de treinta centímetros y empujo la puerta, allí en una amalgama de carne estaba el abad, que miro sorprendió.
- Hola Vierus te acuerdas de mí - Debalsac hizo una pausa - O mejor te acuerdas de mi tío Saberu.
En los ojos del abad apareció un brillo de comprensión y se levanto de la cama desnudo, llamando a sus guardias, pero estos no contestaron. El joven que acompañaba en la orgía al abad, se incorporo y cogio una espada corta que había a los pies de la cama, eso ha sido un error pensó el templario mientras se giraba hacia el joven, este blandió la hoja pero no era rival para un hombre curtido como Frans, el efebo lanzo un tajo hacia el pecho del templario que este bloqueo con la cuchilla derecha, mientras con la izquierda trababa la pierna derecha de su adversario, el joven perdió el equilibrio cayendo hacia atrás, momento que Debalsac aprovecho para hundirle la cuchilla derecha en el pecho. Oyó gritar a las mujeres, y a una de ellas sacar una pequeña pistola del corsé que estaba en el suelo, no llego a disparar el templario levanto una de sus pistolas descargando dos disparos, cuando el humo se retiro las dos mujeres yacían sin vida.
Debalsac se giro y vio al abad en una parte de la habitación, avanzo hacia el, este levanto su mano y un cono de hielo salio de ella, el templario esquivo sin demasiado esfuerzo el hechizo y le golpeo en la cara con la empuñadura de la pistola. Cuando el abad despertó estaba en los subterráneos de la abadía, en la sala de tortura, atado de pies y manos por cadenas que le suspendían sobre un pilar de hierro de 6 metros terminado en una punta afilada.
- Vas a sufrir lo mismo que sufrió mi tío - Hizo una pausa para ver el aterrado rostro del abad- Pero no espero que seas como el y grites.
Con un gesto, el templario activo el mecanismo y el cuerpo del abad bajo suavemente sobre la punta, Debalsac se apoyo en la pared y espero que el rechoncho hombre se fuese deslizando por el pilar, fueron cuatro horas, durante las cuales el abad no hizo otra cosa que gritar.

3 comentarios:

Pedro dijo...

ME ha gustado, como el anterior. HAs sabido mantener bien la intriga d elo0 qu va pasando y nos vas pesentando a personajes que supongo luego serán parte de la trama.

Cuervo dijo...

está chulo, me gusta el final, la frase es muy contundente. Yo he vencido la vagancia y he publicado uno cortito.

Isabel dijo...

He leido toda la historia y me ha encantado, espero que la continues.